Literalmente, la dentera es un hormigueo o sensación desagradable en los dientes y en las encías que se produce especialmente al comer sustancias acidas, oír sonidos chirriantes o incluso tocar ciertos materiales.
Se sabe que estos sonidos o ruidos desagradables que provocan una respuesta emocional desencadenan respuestas de lucha o huida como un mecanismo de autodefensa del cuerpo.
La dentera o grima, se debería considerar una emoción propia. Es una sensación desagradable, que genera escalofríos y repulsión. La sensación provocada por este sonido y sonidos similares, se puede considerar parecido, pero no igual al asco.
La definición de la RAE es bastante amplia, pero lo cierto es que buscar concisión cuando hablamos de dentera resulta un poco complicado. Es un conjunto de síntomas difuso que puede manifestarse en cada individuo con características diferentes.
Cuando estas reacciones se originan directamente en la boca pueden estar provocadas por la hiperestesia dentinaria o hipersensibilidad dental. En estos casos suele estar desencadenada por el contacto con algún tipo de material o por algunos sabores. Tiene su explicación en los problemas de esmalte y la sobreexposición de la dentina.
No obstante, el concepto es mucho más amplio. No solo afecta a dientes y encías, sino que se manifiesta en otras zonas del cuerpo con escalofríos repentinos o cambios en la piel. La sensación puede ser más o menos desagradable en función de la sensibilidad de cada individuo y de la intensidad del estímulo desencadenante.
Aunque es una reacción común que la mayoría de personas ha experimentado alguna vez en su vida, no se sabe demasiado sobre la dentera. Hasta el momento, no existe ninguna teoría solida sobre por qué se producen estas desagradables sensaciones que se manifiestan en la piel, los dientes y las encías.
Parece que la dentera podría estar relacionada con el sistema nervioso autónomo, la parte del cuerpo que controla las reacciones involuntarias como la respiración, la digestión y los latidos del corazón, entre otros. No podemos dejar de sentirla. Lo único que podemos hacer para no provocarla, es evitar las situaciones que la desencadenan.
Una explicación a esta reacción adversa es que el sonido irritante que desencadena la dentera o grima, es similar a la llamada de advertencia, en tiempos prehistóricos, de un primate. El hombre desciende de primates y por ello, reacciones reminiscentes como la dentera aún nos quedan. Una señal o sonido agudo es la forma más simple y efectiva de prepararse para un posible peligro. El cuerpo se prepara aumentando las pulsaciones, tensando los músculos y activando los cinco sentidos para estar alerta. Esto demuestra que realmente causan una reacción de estrés físico medible.
Sin embargo, sí que existen varias teorías relacionadas con causas de herencia genética, aunque solo se pueden aplicar a la dentera sonora.
Resulta complicado escapar de la dentera porque sus desencadenantes más comunes forman parte de lo cotidiano.
Desde Sé Tú Clínica os motivamos a presta atención a vuestros hábitos y evitar las costumbres menos saludables. No solo es un buen modo de evitar la dentera sino de prevenir los problemas bucodentales más comunes.